Italia

Amalfi y las delicias al limón



Es indiscutible, el limón es sin duda el gran protagonista de la Costa Amalfitana. Se utiliza en innumerables recetas: pastas, ensaladas y postres. Hay aceite al limón, pasta al limón, caramelos de limón, jabón de limón, esencia de limón, de todo al limón. Y es que también se viaja en la mesa. Probar la gastronomía típica del lugar que visitemos firma parte de la cultura del viajero y es un gran placer. Sinceramente, como guía Turistico no soporto cuando un cliente se queja porque la comida es muy distinta a la de su país, me parece que hay gente que es mejor que se quede en su casa si no sabe aprovechar los placeres del viaje.



Hoy me deleito con un grandísimo placer que descubrí en Amalfi: la delicia al limón. El mejor lugar: la archiconocida pastelería ubicada al lado de la catedral llamada Andrea Pansa. Abierta desde el 1830, 5 generaciones de pasteleros han pasado su vida haciendo sfogliatele, baba. Existe incluso un sello que esta en circulación con el dibujo de la catedral y la pastelería. A pesar de la extremada ligereza de la pasta al limón que lo recubre es bastante abundante y se puede compartir con alguien especial mientras contemplas otra de las joyas de esta antigua república marinera, su hermosa catedral.






Trastevere y sus rincones



No hay rincón de este barrio, el más romano de Roma, que no adore vuestra cámara de fotos. Pero para conseguir las mejores instantáneas lo mejor que podéis hacer es seguir las siguientes instrucciones:
- Huir de la vía de la lungaretta, demasiados turistas americanos en pantalón corto y chanclas arruinan cualquier inspiración.
- Perderse deliberadamente por sus estrechas calles.
- Premiarse con un helado a degustar religiosamente sentados en la fuente de la Plaza de Sta. María in Trastevere, mientras admiramos los hermosos mosaicos de la fachada de la basílica del mismo nombre (visita obligada, ya que es una de las grandes joyas de la ciudad).



 

 

Basílica de San Pablo Extramuros (Roma)

Seguramente no es la mas bonita de Roma, ni la más antigua, ya que fue enteramente reconstruida tras el incendio de 1823, pero para mí tiene algo especial... La imponente escultura de San Pablo con la espada en la mano y la mirada amenazante en el centro del quadriportico, simboliza la fuerza de la palabra de Dios que divide el bien del mal... Al entrar la sensación de grandeza, espacio y a la vez recogimiento en la oración se apodera de ti. El espacio central se abre grandioso y conduce la vista hasta el altar mayor con el baldaquino del maestro Arnolfo di Cambio y la tumba de San Pablo. Los medallones con los retratos de los papas, desde San Pedro, decoran la nave central. Una luz ilumina el retrato del papa actual. Cuando muera, la luz será apagada y un nuevo retrato ocupará el espacio lateral ahora vacío. Entonces la pregunta es inevitable: ¿qué sucederá cuando no quepan más retratos? Es obvio: el fin del mundo.

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